Dispositivos flotación para enseñanza y seguridad acuática
DISPOSITIVOS FLOTACIÓN Y APRENDIZAJE ACUÁTICO
Jaime Enrique Santisteban Portas


Dispositivos flotación para enseñanza y protección
Cuando se trata de la seguridad y el aprendizaje en el agua para los pequeños dispositivos tales como lentes para natación, googlees, popotes, tablas, otros aditamentos y dispositivos inflables tipo llantas, donas, bracitos y chalecos son opciones comunes. Sin embargo, muchos de estos productos, incluidos aquellos que ostentan la leyenda "para aprender a nadar" pueden distorsionar realidad acuática cuando son utilizados con niños.
La mayoría de los padres consideran que los chalecos y flotadores permiten que sus hijos tengan una experiencia segura y divertida en el agua. Sin embargo, tenemos comprobado que la dependencia y elevada distorsión de la realidad que crean estos dispositivos puede llevar a una percepción equivocada de lo que significa flotar, nadar y el movimiento acuático. Cuando los niños se acostumbran a estar flotando con apoyo de soportes artificiales pueden no desarrollar la habilidad natural que traemos como especie de poder nadar, por lo tanto, no entienden la manera, necesidad e importancia de mantenerse a flote por sí mismos.
El uso prematuro de estos dispositivos puede causar falsa sensación de seguridad en los niños. Al confiar en las llantas, determinados soportes o en bracitos inflables, los niños pueden sentirse invulnerables y aventurarse a situaciones peligrosas sin la supervisión adecuada. Esto subraya la necesidad de que los cuidadores e instructores supervisen siempre a los niños en el agua, independientemente de que tipo de dispositivo inflable se utilicen.
Es esencial que los padres, instructores y cuidadores comprendan que estos dispositivos no sustituyen y en muchos casos bloquean el conocimiento y dominio acuático. Si bien algunos pueden ser herramientas útiles, deben ser utilizados con cautela e idealmente como complemento y no sustitutos de la natación adecuada. Siempre bajo la supervisión de un adulto informado. Más allá de ofrecer protección, es crucial formar en los niños una comprensión real de cómo comportarse en el agua presentándoles de manera realista, los requerimientos y características físicas del ambiente acuático.
Para facilitar un conocimiento efectivo, se recomienda optar por alternativas que promuevan condiciones reales e independencia en el agua. Sesiones acuáticas dirigidas por instructores calificados son una excelente forma de enseñar a los niños los básicos del movimiento acuático. Incluso popotes mal colocados, tapetes, tipos de tablas "para nadar" pueden ser contraproducentes al objetivo teniendo en cuenta etapas del proceso. De ahí que la familiarización acuática no enseña a nadar, sino que ayuda a los niños a desarrollar confianza que no es más que habilidades de autonomía y seguridad en el agua.
En conclusión, si bien los dispositivos flotadores como tapetes, popotes, bracitos, alas, llantas, donas, chalecos, etc. pueden parecer una opción conveniente, su uso no orientado también pueden distorsionar la realidad acuática para el niño menor a tres años que está construyendo una experiencia. Un enfoque equilibrado que incluya supervisión, enseñanza adecuada del movimiento acuático. elementos de natación y el uso prudente de dispositivos puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades efectivas y lo más importante, asegurar que disfruten del agua de manera segura.